Escuche atentamente a su cliente
- Una vez que esté listo para interactuar con un cliente, lo más importante que debe descubrir desde el principio es qué quiere.
- Es fundamental escuchar cada una de sus palabras. (Tomar notas está bien).
- Muchos clientes tendrán información importante que usted necesita saber, tal vez sobre alergias, la intensidad de la bebida o alguna preferencia de temperatura. Por ejemplo, ¿les molesta que su café esté demasiado frío para su gusto? ¿Tomarán su café en el transporte público y no quieren quemarse los dedos?
Después de saber lo que quiere un cliente, es su turno de responder
- Sea realista: es mejor no generar falsas esperanzas en su cliente, pero si tiene algo que cree que funcionará para él, hágaselo saber.
- Usa tu intuición: ¿te dicen tus sentidos algo sobre cómo mejoraría la interacción para ellos? Podría ser una sorpresa, como la oportunidad de probar algo que nunca han probado. O podría ser lo contrario: tu intuición podría decirte que el mejor favor que podrías hacerles es simplemente una orden ejecutada rápidamente.
Mantenga la conversación sencilla
Abrir las puertas al conocimiento sobre café es fantástico para algunos clientes, pero una molestia para otros, especialmente para aquellos que tienen prisa. Espere a que un cliente le indique que está dispuesto a recibir más información. Si busca información sobre café, créame, se lo hará saber.
No te inventes nada. Recuerdo que cuando aprendí esto, estaba hablando con un grupo de estudiantes sobre la descafeinización. Quizás sepan que uno de los principales métodos utilizados es el método suizo del agua, que no utiliza químicos. Un miembro del grupo me preguntó si el proceso de descafeinización se realizaba en origen y, sin poder contenerme, dije que creía que se hacía en Suiza. Por desgracia, uno de los miembros del grupo era suizo.