La guía del comprador de café en Colombia

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CBGC Aspectos Sociales y Económicos

CBGC 4.05 Cambio Climático y Adaptación

Colombia, y su café, son altamente vulnerables al cambio climático. El café ocupa un nicho ecológico estrecho y, por lo tanto, es sensible a los cambios en el medio ambiente (Ramírez-Villegas et al 2012). Los cambios en el clima tienen un efecto desproporcionado en países tropicales como Colombia, donde el ecosistema está adaptado a las limitadas variaciones estacionales de temperatura y lluvia típicas de los trópicos (Barrucand et al 2016).

Los agricultores de la Cordillera de los Andes comúnmente enfrentan escasez de agua y un alto riesgo de deslizamientos de tierra, los cuales pueden verse exacerbados por los efectos del cambio climático (Lambert y Eise 2020). La investigación muestra que los productores ya están experimentando los efectos de un clima cambiante (Zorro et al 2015, Eise y Blanco 2018). Los caficultores informan aumentos en las plagas y enfermedades, cambios en los patrones de temperatura y lluvia, y un clima menos predecible, todo lo cual les dificulta el manejo de sus cultivos. También experimentan sequías más severas, así como más suelos erosión y deslizamientos de tierra más frecuentes durante la temporada de lluvias. Estos productores de café andinos tienen información, tiempo y recursos limitados para adaptarse a las condiciones cambiantes.

Los deslizamientos de tierra son comunes en Colombia durante períodos prolongados de fuertes lluvias.

Debido al cambio climático y otros factores, muchas regiones de Colombia ahora cosechan café casi todo el año en lugar de una o dos temporadas de cosecha distintas. Esta cosecha más larga y menos predecible aumenta los costos de producción porque aumenta la mano de obra requerida para la recolección. También reduce las economías de escala, ya que los agricultores tienen que procesar y vender lotes más pequeños de café (Zorro et al 2015). Las altas temperaturas constantes y el hecho de que las cerezas crecen en los árboles durante todo el año hacen que las fincas cafetaleras colombianas sean particularmente vulnerables a la broca del café (Jaramillo et al 2009).

Las altas temperaturas también pueden reducir la calidad del café producido. A largo plazo, es probable que el aumento de las temperaturas aumente el riesgo de enfermedades,