Control químico
Ya sea que utilicen fungicidas orgánicos o convencionales, el enfoque común de los agricultores para el control de la roya tiende a ser: prevención preferible a cura. Los agricultores que puedan pagarlos aplicarán aerosoles fungicidas varias veces al año. De acuerdo a Alvaro Gatain, ex director de Cenicafé (la organización nacional de investigación del café de Colombia), el costo de tales aerosoles puede ascender a US$400 por hectárea por año.
Leonardo Henao nos explica que ha reducido el costo del tratamiento de la roya de las hojas de US$80 por hectárea a tan solo US$1 por hectárea, utilizando un aerosol foliar (de hojas) casero que él llama polisulfuro de calcio (azufre de cal). Este extracto de huesos molidos y azufre se hierve durante unos 20 minutos, se deja enfriar durante 24 horas y luego se aplica a las hojas de la planta de café.
La mayoría de los tratamientos convencionales y orgánicos son aerosoles foliares a base de cobre. La fórmula más común es sulfato de cobre, que luego se mezcla con hidróxido de calcio (también conocido como cal apagada) para producir un fungicida común conocido como Mezcla de Burdeos. Este producto evita que las esporas germinen. Una infestación de una planta puede ocurrir pocas horas después de la eclosión de las esporas y, por lo tanto, para evitar un brote, el aerosol debe estar presente en las hojas. antes de infestación. El cobre de este producto eventualmente se acumula como contaminante después de un uso prolongado, por lo que no se considera un producto de mantenimiento a largo plazo.
Para que sean efectivos, los aerosoles deben aplicarse en la superficie de las hojas, particularmente en el envés, donde primero germinan las esporas de los hongos. Puede ser particularmente difícil asegurar una cobertura completa en cada hoja, y las lluvias eliminarán los aerosoles en unas pocas semanas, por lo que son comunes hasta cinco aplicaciones de rociado por separado.
Este cuadro muestra una lista de productos químicos recomendados para el control de la roya del café y la enfermedad del fruto del café. Fuente: ejército de reserva